lunes, 29 de agosto de 2011

HISTORIA DE MARÍA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS

Imagen tomada de Santisima Virgen.com.ar



San Nicolás de los Arroyos se encuentra en la provincia de Buenos Aires, República Argentina, a 230 Km. de la Capital Federal, a orillas del Río Paraná. Ciudad donde en 1852 se acordara fundar la Asamblea Constituyente, por eso conocida como Ciudad del Acuerdo, o también como Ciudad del Acero, por la industria metalúrgica, pues allí se encuentra uno de los altos hornos más grandes de América Latina, pero será luego conocida como la Ciudad de María.

La ciudad lleva el nombre de un Santo nacido hacia el año 270, a quien se ha levantado mayor cantidad de iglesias en el mundo, después de la Santísima Virgen. San Nicolás defendió valientemente en el Concilio de Nicea el misterio de la maternidad divina de María.

En esta ciudad que lleva su nombre, el día 25 de septiembre de 1983 la Virgen se aparece a Gladys Quiroga de Motta, en su habitación, mientras rezaba el rosario.

La Virgen estaba vestida de azul, tenía el Niño en brazos y un rosario en la mano. La Santísima Madre hizo un gesto, como para darle el rosario a Gladys.

La aparición fue muy breve, como una especie de anunciación.

Gladys es una mujer de pueblo, sencilla, esposa de un operario metalúrgico y madre de dos hijas. Nunca antes había experimentado nada similar. El día anterior había visto iluminarse el rosario que tenía colgado en su habitación. Algunos vecinos lo vieron también. Allí comenzó a rezar el rosario, y al día siguiente se produjo la primera aparición.

Durante algún tiempo, en varios lugares de Buenos Aires varias familias atestiguaron este fenómeno en sus propias casas.

Gladys no acostumbraba a escribir. Asistió a la escuela primaria hasta cuarto grado. Sin embargo fue dejando testimonio por escrito de los mensajes y los hechos que cambiaron su vida y la de muchos.

El 28 de septiembre y el 5 de octubre de 1983 nuevamente la Virgen se le aparece a Gladys mientras reza el rosario. La Madre repite el gesto de tenderle el suyo. La Virgen no había hablado todavía.

El 7 de octubre, fiesta del Rosario, sintió el anuncio interior que había aprendido a reconocer, cerró los ojos, vio una luz, y en ella a la Santísima Virgen, real y llena de vida, sosteniendo en sus manos un gran rosario. Gladys le preguntó qué esperaba de nosotros. La imagen se borró y apareció la visión de un templo. Con ello comprendió que María quería estar entre nosotros.

El 13 de octubre, día de la última aparición de Fátima, la Virgen habla por primera vez:

Has cumplido. No tengas miedo. Ven a verme. De mi mano caminarás y muchos caminos recorrerás.

Luego del mensaje la Virgen agrega una cita de la Biblia, la palabra de Dios que ilumina toda palabra. Con este texto la alienta a cumplir su misión, a llevar sus mensajes aunque se presenten dificultades. A partir de allí comienza a recibir otros mensajes en forma frecuente. El 19 de octubre le dijo:

Rebeldes son los injustos y humildes los servidores del Señor. Buscad ayuda, se te dará. No temáis. Nada te pasará. El Señor nada deja librado al azar.

El 25 de octubre Gladys va por segunda vez, desde que comenzaron las apariciones, a la ciudad de Rosario, sede del arzobispado, ciudad consagrada a Nuestra Señora del Rosario. Ese día, exactamente a un mes de la primera aparición, la Virgen se le aparece y le tiende un rosario blanco: Recibe este rosario de mis manos y guárdalo por los siglos de los siglos. Contenta estoy porque eres obediente. Y alégrate porque Dios está contigo.

Los mensajes continúan, con frecuentes referencias a las Sagradas Escrituras. Es que María conduce a la palabra de Dios y de esta manera continúa su invitación, como lo hiciera a los servidores de Caná: “Hagan todo lo que él les diga”. Éste es un hecho nuevo y singular en la historia de las apariciones marianas.

En noviembre la Virgen le da varios mensajes, donde recuerda su cercanía, su protección y ayuda:

Cuando lo necesitéis, acudid a mí, yo te responderé. Feliz estoy contigo, digna eres de mi confianza. Gloria al Señor.

De mi presencia tenéis sed, de mis manos comerán. Tened paciencia, todo a su debido tiempo llegará.

Tu espíritu, del Espíritu Santo alimentado está.

Gladys siente entonces un gran aroma a rosas, una de las frecuentes manifestaciones marianas. La Virgen le dice: Aquél que huele el perfume de mis rosas, conmigo camina. Gloria al Señor.

El 15 de noviembre de 1983, Jesús le habla a Gladys por primera vez: “Soy el sembrador, la cosecha será grande”

El mismo día la Virgen dice: Soy patrona de esta región. Haced valer mis derechos.

Este mensaje nos recuerda que la parroquia de San Nicolás había sido encomendada desde el principio a Nuestra Señora del Rosario. La imagen, hoy venerada en el Santuario, había ocupado un lugar destacado en la catedral inaugurada en 1884. Luego de ser bendecida por el Papa León XIII, fue traída desde Roma y donada para este lugar. Después de distintas ubicaciones en la catedral y a raíz de su deterioro, fue depositada la imagen en el campanario, a la espera de una reparación que nunca llegaba.

En 1983, el 27 de noviembre, día de la Medalla Milagrosa y primer día de la Novena a San Nicolás, el Padre Pérez, confesor de Gladys y párroco de la catedral, se dio cuenta de que la imagen de Nuestra Señora del Rosario que por largo tiempo había estado en la catedral y se encontraba ahora en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys. Entonces condujo a Gladys hasta el campanario, quien reconoció inmediatamente la imagen de la aparición, aunque le faltaba una mano y el rosario. En ese momento se le apareció la Virgen María frente a la imagen: Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí, porque me ves tal cual soy. No os apenéis, ya me tendrán. Quiero estar en la ribera del Paraná. Poneos firmes. Allí viste mi luz. Que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre.

El Padre Pérez hizo reparar la imagen y colocó en sus manos y en las del Niño Jesús un nuevo rosario.

Nuestra Madre ha elegido un lugar de bendición, cerca del río. Allí quiere recibirnos: Cerca de ti quiero estar. El agua es una bendición. Quiero poder recibiros en un día no muy lejano en la casa que he elegido.

Ante la pregunta de Gladys, de si debía ser capilla o santuario, la Virgen le da una respuesta a través de las Sagradas Escrituras. Le dice que lea Éxodo, capítulo 25, versículo 8º que dice: “Me harán un santuario y habitaré en medio de ellos”.

En la noche del 24 de noviembre, unos días antes del reconocimiento de la imagen que estaba en el campanario, Gladys se dirigió con un grupo de personas al lugar que la Santísima Madre eligiera para construir su Templo. Y al tiempo que les mostraba el sitio donde veía la aparición, un fuerte rayo de luz cayó sobre el lugar pareciendo hundirse en el suelo. Una niña de nueve años vio también ese rayo.

Al día siguiente la Virgen dijo a Gladys: El Espíritu Santo es tu guía. Debes obedecer. Elegido está el lugar de mi morada. Todo queda en vuestras manos.

Aproximadamente a los tres meses de la primera aparición, un rayo de luz iluminó por segunda vez el lugar del Santuario.

Vuestra Madre os pide su morada. No quiero esplendores. Quiero sí una casa espaciosa. No olvidéis el santuario, ya que será el santuario del Señor. El tiempo pasará mas esto perdurará.


Una vez aprobado el proyecto del Templo, por la Santísima Virgen, y comenzada su construcción, la imagen fue trasladada al nuevo Santuario en 1989.

Ante la pregunta de Gladys si le gustaría que la llamaran María del Rosario de San Nicolás, la Virgen le responde: Así debe ser. Mi anhelo es estar entre vosotros, colmarles de bendiciones, de paz, de alegría, y acercarles al Señor Nuestro Dios.

La Virgen hizo acuñar a Gladys una medalla con la advocación de María del Rosario de San Nicolás, y en el reverso la Santísima Trinidad con siete estrellas. Hija mía, el significado de las siete estrellas son siete gracias que mi Hijo Jesucristo concederá a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor.

Gladys recibió más de mil ochocientos mensajes, desde el 13 de octubre de 1983 hasta el 11 de febrero de 1990, día del último mensaje.

La primera vez que vio a la Virgen fue el 25 de septiembre de 1983. Pero desde el 27 de noviembre de ese año, las visiones fueron diarias, en su casa, en diferentes horarios. Antes de cada aparición recibe un anuncio interior, y si está con otros no lo manifiesta. Dice Gladys: “Siento como un hormigueo en los brazos, entonces sé que Ella viene; cierro los ojos y aparece”. Pareciera ser que ella no cae en éxtasis, si se entiende esta palabra como desconexión con el mundo exterior. Sin embargo no se trata de una visión interior subjetiva. Para Gladys la Virgen es real y está viva. La ha tocado. Ha sentido la consistencia y el calor de su cuerpo. La escucha y le responde, gozando de una real intimidad. A veces las personas cercanas perciben un perfume de rosas o una sensación de calor.

El 8 de noviembre de 1984 Gladys relata cómo es la Mujer de la visión: “Hoy como nunca siento deseos de decir cómo veo a la Santísima Virgen María. Es de una belleza nada fácil de describir, pero es hermosa, y en Ella van juntas la humildad, la fuerza, la pureza y el Amor, así con mayúscula, porque todo el amor del mundo creo que no cubre el amor que Ella siente por sus hijos. Cuando ordena, siento la fuerza que hay en Ella. Cuando da consejos, siento su amor maternal. Y cuando me dice que sufre por esos hijos alejados del Señor, me transmite su tristeza. Todo esto deja en mí esta maravillosa Madre a quien venero y he consagrado mi vida. Hago esto para que mis queridos hermanos puedan saber de alguna manera cómo es nuestra Madre del cielo.

Desde noviembre de 1984 Dios le concede a Gladys vivir los grandes dolores de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Los estigmas de las manos aparecen durante los jueves y los viernes de Adviento y Cuaresma, año tras año. La sangre brota solo los viernes de Cuaresma. Los estigmas de los pies se presentan los viernes santo, después de las tres de la tarde, hora de la muerte de Cristo. Es como si el Señor quisiera concretar el sufrimiento de su Pasión por medio del cuerpo de Gladys que representaría a la Iglesia. Cada viernes santo siente en forma especial el dolor de cargar una cruz. Su hombro queda marcado con una mancha alargada y muy dolorosa. Algunas veces ha sentido también la llaga del costado. Gladys asegura que si bien el dolor físico es grande, el sufrimiento moral es aun mayor.

La Virgen fue quien le propuso a Gladys ayunar. El ayuno de Cuaresma dura cuarenta días. A pesar de comer tan poco, su aspecto es saludable y su peso normal.

El 11 de febrero, día de Nuestra Señora de Lourdes, en 1989, la Virgen dice a Gladys: Ayer en Lourdes, hoy aquí. Siempre la Madre en busca de sus hijos. Oración, ayuno, penitencia y sobre todo conversión espera de ellos. Las almas se salvarán si se asoman al Señor, si admiten al Señor. Falta la paz en muchas almas. Busque el alma la paz y hallará a Dios.

Y el 13 de mayo de 1989, día de la primera aparición de Fátima: Hoy como entonces, en Fátima, son nuevamente mis visitas aquí en la tierra, aunque son éstas más frecuentes y prolongadas ya que la humanidad vive momentos de gran dramatismo.

El obispo de San Nicolás, Monseñor Domingo Salvador Castagna, lejos de tomar distancia de ese fenómeno vital que ocurre en su diócesis lo acepta, lo guía y lo nutre, sin dejar de lado la prudencia y el discernimiento. De manera ejemplar alienta a los peregrinos que desde el primer momento comienzan a afluir a San Nicolás. Las procesiones se suceden todos los meses el día 25, siendo la más importante y numerosa el 25 de septiembre de cada año, en recuerdo del día de la primera aparición.

El 25 de septiembre de 1986 el obispo coloca la piedra fundamental del actual Santuario.

El Campito de la Virgen que se halla junto al Santuario se ha transformado en un lugar de procesiones, vía crucis y de confesiones, particularmente en días de mayor concurrencia.

Las conversiones son numerosas y profundas. Esta gracia tiene efectos duraderos.

A lo largo de la Argentina se han formado miles de grupos de oración que son fuente de luz.

Varios han dado también testimonio de curaciones físicas realizadas por Jesús, por intercesión de la Virgen María.

Muchos atestiguan haber visto manifestaciones extraordinarias de la presencia de Dios y de la Virgen como la danza del sol, que nos recuerda el milagro de Fátima; el perfume a rosas; el ver brillar el rosario sobre las paredes en varios hogares; las bombitas de luz que al quemarse dejan impresa la letra M de María del lado de adentro. Más recientemente comenzó a fluir agua del Santuario y muchos han percibido olor a rosas en ello. Pero el milagro más grande que marca la presencia del Cielo en este lugar de la tierra, son las numerosas conversiones. Dios quiere renovar la alianza con su pueblo por medio de María, su arca de la Alianza. Ella es la Mujer vestida de sol del Apocalipsis. Es nuestra ancla de salvación que nos lleva a su Hijo.


ALGUNOS MENSAJES DE NUESTRA MADRE:

Bendito el momento que el Señor eligió a este pueblo, y bendito porque lo eligió para que yo tenga mi gran Casa, que será de paz y sosiego. Lugar donde acunaré a millares de hijos que vendrán en busca de amor. Asistiré a los enfermos, a los caídos, a todo hijo perteneciente a la gran familia de Dios, porque mi misión es atender al rebaño del Señor. Gloria a Dios.

Nada podrá devorar la llama del amor que el Señor ha encendido en tu pueblo. Nada podrá oscurecer la luz del Señor.

Es en el Santuario donde María, Madre de Cristo, espera a los hijos heredados desde la Cruz. Es en el Santuario que María obra en las almas, para bien de las almas. Mis amados hijos ya lo veis, delante de vosotros estoy. Mientras unos habitan en su propia desolación, otros habitarán en la casa de la Madre del Salvador.

Aquí está el Templo, para el pueblo de Dios. Aquí se arraigará profundamente el amor a Cristo y a María.

Mi Casa será morada para los que se consideran hijos de Dios. Alegraos ya que desde aquí os bendeciré.

Hija, el Templo es protección de Dios para sus hijos. Se acude allí para rendir culto al Señor, para pedir por la salud física y un espíritu firme cimentado en la fe.

El Templo es protección de Dios para el alma que habita en la tierra y aspira al cielo.

Tu ciudad es la Ciudad de María y será por siempre un lugar de encuentro con Jesús y con su Madre. No quiera nadie interponerse en mi paso. Quien quiera seguir al Señor que me siga.

Hija mía, te dije una vez que desde aquí renacería la fe por Jesús y María. Desde aquí invito al mundo a buscar la fuente vivificadora, la fuente de paz y de gracias.

Quiero sanar a mis hijos de esa enfermedad que es el materialismo y que muchos padecen, quiero ayudarlos a descubrir a Cristo, a amar a Cristo y decirles que Cristo prevalece por sobre todo.

En todos los lugares del mundo donde han sido dado mis mensajes parecería que se predicó en cementerios. No hubo la respuesta que quiere el Señor.

El demonio actúa ferozmente, no os asombréis. Ataca sin compasión envolviendo todo lo que pueda tocar. Orad mis hijos, que la oración fortalece. Sois llamados por Jesucristo para orar.

El príncipe del mal vierte hoy su veneno con todas las fuerzas, porque ve que está concluyendo su triste reinado. Es poco lo que le queda, su fin está cerca.

Oh mis pobres hijos, pocos sois los que profundizáis en Cristo, y muchos los que estáis altamente destruidos por el pecado.

Es en realidad este tiempo, un precioso tiempo que no debe ser desperdiciado sino aprovechado. El Redentor le está ofreciendo al mundo la manera de enfrentar a la muerte que es satanás, le está ofreciendo como lo hizo desde la Cruz, a su Madre, medianera de toda gracia.

Hijos míos, mi Corazón quiere que vuestra alma perdure por los siglos de los siglos.

Repetidas veces golpean mi Corazón, lo siento así, cada vez que es ofendido Cristo Jesús.

El enemigo me está desafiando despiadadamente, está tentando abiertamente a mis hijos. Es un combate entre la luz y las sombras. Una constante persecución a mi querida Iglesia.

Todos sois partes del cuerpo místico que es la Iglesia y del cual Cristo es la cabeza. En la tierra el Vicario de mi Hijo es el responsable de que ese cuerpo siga en pie, por eso seguid junto a vuestro Papa, siguiendo su enseñanza que es, en definitiva, la enseñanza de Cristo. Hágase la voluntad de mi Hijo.

Orad por la Santa Iglesia. Herido está mi Corazón porque frecuentemente es atacada, día a día se ve empañada su luz. Como Madre de la Iglesia sufro el más agobiante dolor. Mis sufrimientos están unidos a los del Papa, porque su pena es mi pena.

La intensísima luz de Cristo resurgirá, ya que así como en el Calvario después de la crucifixión y muerte vino la resurrección, también la Iglesia renacerá por la fuerza del amor.

El Señor os está revelando por medio de los mensajes y las Sagradas Escrituras lo que espera de los hombres. No le cerréis las puertas. Entregaos a Jesús como Él se entregó a vosotros.

Dad a conocer lo que te doy, el ateísmo inunda las naciones, hay por doquier ausencia de Dios; es por eso que la palabra del Señor debe ser escuchada y no despreciada. La acción de su palabra mucho hará si el corazón se abre a ella.

Mirad hacia el sol naciente y veréis nacer el nuevo día, que haya en vosotros esperanza y fe, que crezca el deseo cada mañana de ser verdaderos hijos de Dios. No hagáis que aparte su rostro de vosotros, confiad en Él.

No se puede vivir sin hacer una plegaria diaria a nuestro Padre del cielo. Ves esta corona, porque esto es lo que deseo que hagáis, una verdadera corona de rosarios. ¡Oración hija mía, oración! Cuántas bocas permanecen aún calladas sin conocer siquiera una oración que las acerque al Señor.

El Santo Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo. Es también el refugio de los que buscan alivio a sus pesares, y es la puerta para entrar en mi Corazón. Gloria al Señor por la luz que da al mundo.

Hija mía, en estos momentos hay extrema necesidad de oración. El Santo Rosario será escuchado en este día por el Señor como si fuera mi voz.

La oración es un pedido mío y está dirigido a todos los pueblos. La oración debe nacer de un corazón dispuesto, debe también ser frecuente y hecha con amor. Jamás sea dejada de lado, ya que la Madre quiere que por ella lleguen los hijos a Dios y con el cual logra vencer al enemigo.


Jesús Eucaristía es cuerpo vivo y verdadero. Adoradlo y amadlo.

Hijos míos, es en la Eucaristía donde podéis sentir cómo se da a vosotros. Es en la Eucaristía donde vuelve a ser cuerpo y sangre, y es desde la Eucaristía que quiere salvar a las almas preparadas para recibirlo.

Hoy como nunca mis mensajes deben ser difundidos. Hoy como nunca debe el mundo conocer mis palabras, mi urgente llamado a la conversión, mi pedido de consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Aún aguarda el Señor a las almas. Gloria al Señor.

Deben saber mis hijos que los llamo a la consagración, porque siendo consagrados a mi Corazón, pertenecen a la Madre y al Hijo.

Digo a mis hijos: Sois para mí como niños recién nacidos, que necesitan el amor de su madre, el calor de su madre y el alimento de su madre. Os conduciré y os ayudaré a crecer en el amor al Señor, sólo os pido, dejaos guiar. Gloria a Dios.

No descanséis en vuestro andar. Noche y día debéis predicar. Insiste sin descanso. Mis mensajes deben ser leídos despaciosamente, para que puedan ser digeridos como yo lo deseo.

En estos tiempos en que el veneno del maligno parece contaminarlo todo, el Señor se manifiesta para que sea posible la salvación de las almas.

Estas palabras pueden llegar a debilitarse si se guardan, si no se extienden; deben ser anunciadas en toda la tierra.

Hablo a mis hijos para pedirles humildad, os pido humildad, porque en la humildad seréis gratos a los ojos de Dios. Os pido humildad porque el Señor quiere a los humildes y rechaza a los soberbios. Seguid el ejemplo de Cristo Jesús, las glorias sean a Él.

Querida hija, para muchos he desaparecido en la Cruz donde Jesús entregó su vida, siendo que fue allí donde mi maternidad comenzó a crecer, y mi amor de madre se extendió hacia todos los hombres por voluntad de mi Hijo.

Hoy con más fuerza voy fortaleciendo al inseguro, volviendo puro al impuro y justo al injusto.

Muchos son los hijos que conocen y veneran a la Madre. Muchos más son los que no la conocen. Hoy es tiempo de escucharla y conocerla porque el que la desprecia, desprecia a Cristo y se daña a sí mismo. Nadie tenga dudas, el amor no tiene revés. El que ama a Cristo, ame también a su Madre. Alabado sea el Señor. Que todos conozcan mi mensaje.

Yo soy el ancla, yo he anclado aquí. Yo soy el arca que quiere llevar a los hijos al Señor.

En estos momentos la humanidad toda está pendiente de un hilo. Si ese hilo se rompe, muchos serán los que no tengan salvación, por eso os llamo a la reflexión, apuraos que el tiempo se termina, no habrá lugar para aquél que tarde en venir. El Señor quiere que todos gocen de su reino. A los que están alejados de Él les digo: acercaos, Cristo Jesús está al alcance de vuestra mano.

La venida del Señor es inminente, y como dicen las Escrituras nadie sabe el día ni la hora, pero será; y ciertamente para esa hora debe el alma del cristiano prepararse. Hasta las piedras sabrán de Él.

Es así hija mía como quiere esta Madre dar a conocer la palabra de su Hijo.

Hoy el mundo está confundido, muy confundido. El mal se le presenta como única salida. La humanidad está siendo conducida por satanás al más profundo de los abismos, a la total perdición del alma. Bienaventurados los que quieran ver claro en su corazón. Bienaventurados los que se detengan a meditar. Bienaventurados los que se dejen conducir por la Madre. Gloria al Eterno.

En estos tiempos de grandes confusiones y tan poca luz en las almas, mi purísima luz será la que os guíe en medio de tanta oscuridad. Yo os ayudaré a vencer toda incertidumbre. Esta Madre hará posible vuestro encuentro con el Hijo. Para esto es necesario hacerse pequeño y abandonarse a mi Corazón. Amén. Amén.


Mensajes de Jesús:

Días gloriosos os esperan. En Mí os regocijáis amados hijos míos.

Deben las criaturas venir a Mí, porque sólo conmigo las almas vivirán eternamente.

Es mi Madre la que impedirá que marchen a la deriva, la que hará que vengan directamente a Mí.

Hoy advierto al mundo lo que el mundo no parece advertir: las almas peligran, muchas se perderán, la salvación llegará a pocos si no soy aceptado como el Salvador.

Debe Mi Madre ser recibida, debe Mi Madre ser escuchada en la totalidad de sus mensajes. Debe el hombre descubrir la riqueza que Ella trae a los cristianos. Los hijos del pecado crecerán en él, si la incredulidad se acrecienta en ellos.

Quiero una renovación del espíritu, un desprendimiento de la muerte y un apego a la vida. El Corazón de Mi Madre es el escogido para que se haga realidad lo que Yo pido. Las almas se encontrarán conmigo por medio de su Corazón Inmaculado.

Antes fue salvado el mundo por medio del arca de Noé. Hoy el Arca es Mi Madre. Por medio de Ella se salvarán las almas porque Ella las traerá hacia Mí. Aquél que rechaza a Mi Madre, a Mí me rechaza.

Muchos están dejando pasar la gracia de Dios en estos días.

Id y evangelizad. No os fijéis dónde. En el lugar donde estéis, evangelizad a vuestros hermanos que nada conocen de la palabra de Dios. No lo olvidéis. Evangelizad.

Santisima Virgen.com.ar

No hay comentarios: